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1.
Med. UIS ; 29(3): 79-93, sep.-dic. 2016. tab, graf
Article in Spanish | LILACS | ID: biblio-954891

ABSTRACT

RESUMEN En años recientes han sido introducidos nuevos antianginosos al mercado con mecanismos de acción novedosos, complementarios a los del arsenal farmacoterapéutico existente. Aunque el tratamiento de primera línea continúan siendo los betabloqueadores, antagonistas de canales de calcio y nitratos, el descubrimientos de nuevos aspectos fisiopatológicos de la enfermedad permitieron el desarrollo de blancos terapéuticos innovadores a nivel celular y molecular. El nicorandil, la trimetazidina, la ivabradina y la ranolazina se consideran nuevos fármacos antianginosos y constituyen la segunda línea de tratamiento de la angina de pecho estable; están indicados en pacientes que persisten sintomáticos a pesar del manejo de primera línea o en aquellos que presentan intolerancia o contraindicación a los betabloqueadores o antagonistas de canales de calcio. La trimetazidina, a través de su mecanismo de acción metabólico, mejora la tolerancia al ejercicio y puede ser útil en pacientes con falla cardíaca y contraindicación al uso de digitales; la ivabradina tiene un efecto cronotrópico negativo sin afectar el inotropismo ni la tensión arterial por lo que se puede usar en pacientes con taquiarritmias o falla cardíaca concomitante; en contraste, la ranolazina no afecta el cronotropismo por lo que se usa en pacientes con bradiarritmias aunque puede generar prolongación del intervalo QTc. La elección de alguno de estos medicamentos antianginosos de primera o segunda línea debe ser individualizado para cada paciente y se basa en las comorbilidades, contraindicaciones y preferencias del paciente. MÉD.UIS. 2016;29(3):79-93.


ABSTRACT In recent years, new antianginal agents with novel mechanisms of action have been launched to the market, as a complement to the existing therapeutic arsenal. Even though the beta-blockers, calcium channel blockers and nitrates continue to be the first line of treatment, recent discoveries of pathophysiological aspects of the disease led to the development of innovative therapeutic targets on both cellular and molecular level. Nicorandil, trimetazidine, ivabradine and ranolazine are novel antianginal drugs and constitute the second line of treatment of stable angina; these drugs are indicated for those patients who persist symptomatic despite treatment with first line agents or in those with contraindication or intolerance to beta-blockers o calcium channel blockers. Trimetazidine, through its metabolic mechanism of action, improves exercise tolerance and might be useful in patients with concomitant heart failure and contraindication to digitalis; ivabradine can be used in patients with concomitant tachyarrhythmias due to its negative chronotropic effect without affecting inotropism or blood pressure; in contrast, ranolazine doesn't affect chronotropism and can be used in patients with bradyarrhythmias, however, it might cause prolongation of the QTc interval. The choice of treatment with either of the first line or second line antianginal agents must be individualized for each patient and based on comorbidities, contraindications and patient's preference. MÉD.UIS. 2016;29(3):79-93.


Subject(s)
Humans , Cardiovascular Agents , Angina Pectoris , Trimetazidine , Disease Management , Coronary Disease , Nicorandil , Ranolazine
2.
Rev. colomb. ciencias quim. farm ; 45(3): 374-384, Sep.-Dec. 2016. ilus, tab
Article in Spanish | LILACS | ID: biblio-959986

ABSTRACT

Introducción. La automedicación es un problema de salud pública frecuente en población estudiantil, el cual se da sobre todo en estudiantes de medicina, dado su mayor conocimiento en farmacología. Por tratarse de los futuros prescriptores, es importante establecer la magnitud del problema en esta población. Materiales y métodos. Se realizó un estudio de corte transversal mediante una encuesta aplicada a 276 estudiantes de medicina, en el que se indagaron datos demográficos, antecedentes patológicos, hábitos, frecuencia de automedicación, medicamentos automedicados, porcentaje de automedicación responsable, razones para automedicarse y conocimiento sobre esta conducta. Resultados. De las 276 encuestas realizadas, se analizaron 270. La prevalencia de automedicación fue del 79,3%. El único factor con asociación estadística fue pertenecer a un semestre clínico (p = 0,020). Los medicamentos automedicados con mayor frecuencia son acetaminofén (10,8%), e ibuprofeno (3,9%). Entre los medicamentos automedicados, el 70,6% requiere prescripción médica. Las indicaciones más frecuentes fueron cefalea (10,6%), resfriado común (4,2%) y dismenorrea (3,4%). El 39,1% de los encuestados cumplen los criterios de automedicación responsable. Conclusión. La prevalencia de automedicación en la población evaluada es alta, y la mayoría de los medicamentos utilizados requieren fórmula médica. Los factores influyentes se relacionan con la edad y el semestre que cursan. La mayoría de estudiantes se automedica de manera inadecuada.


Introduction. Self-medication is a common public health problem among students, mainly among medical students who have greater knowledge in pharmacology. We consider that it is important to establish the magnitude of the problem in future prescribers. Materials and methods. We performed a cross-sectional study through a survey of 276 medical students. We analyzed demographic data, medical history, habits, frequency of this behavior, drugs used as self-treatment, percentage of self-medication, reasons for self-medication and knowledge about this behavior. Results. Of the 276 surveys 270 were analyzed. We found a prevalence of 79.3% self-medication. The only associated factor with higher statistical significance was students who were in clinical practice (p = 0.020). Drugs that were mostly used were: acetaminophen (10.8%) and ibuprofen (3.9%). 70.6% of the mentioned drugs require a medical prescription. Most frequent reasons were: headache (10.64%), common cold (4.20%) and dysmenorrhea (3.37%). Only 39.1% of respondents met criteria for responsible self-medication. Conclusion. Prevalence of self-medication among medical students is high. Most of used drugs need a medical prescription. The factor influencing this behavior is the year of medical school to which they belong. Self-medication is mostly found when students are in clinical practice. Most students do not self-medicate responsibly.

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